miércoles, 31 de marzo de 2010

Libros en el carrousel

A decir verdad mi vida como lector no es muy apasionante ni extensa. Aunque también es cierto que soy joven. Yo soy parte de una generación (tengo poco más de veinte) que fue una de las primeras, sino la primera en crecer con la televisión como medio de distracción y luego llegó la computadora al hogar pero eso ocurrió más adelante. Si bien nuestra generación pudo disfrutar de jugar en la calle, ya que no había la inseguridad de nuestros días, cuando nos tocaba estar en casa (desde mi experiencia) difícilmente agarremos un libro. Esto se daba porque, como dije anteriormente, la televisión ya estaba incorporada y al llegar del colegio leer era visto como una actividad aburrida. El que leía era el raro o el más estudioso y serio, se lo asociaba más a algo que hacen los mayores. Personalmente, en casa de los seis a los diez años, pasaba la mayoría del tiempo libre andando en bicicleta o jugando con los chicos de la cuadra haciendo algún que otro desastre. Cuando estaba en casa no recuerdo bien que hacía será porque no la pisaba, igualmente leer no estaba dentro de mis divertimentos. Luego en la pre adolescencia me empezó a gustar mucho el futbol y miraba los partidos y ya jugaba en la computadora a algún juego de este deporte o a esos juegos de guerra, etc. Ya en la adolescencia y en los últimos años de colegio la computadora tomó un lugar más preponderante con el chat y la música bajada desde internet. La lectura siempre me pareció erróneamente, o quizás así me la hacían tomar mis profesores, como una imposición y una obligación. De esta manera no encontraba el disfrute en ella. Como toda costumbre o hábito hay que incorporar a la lectura paulatinamente hasta que ya sea algo natural en nosotros y no algo hecho a la fuerza. Yo no la incorporé como tal por lo que me cuesta esa naturalidad al a hora de agarrar un libro. Mi mente dispersa y poco focalizada me juga una mala pasada a la hora de leer, ya que fácilmente la cabeza se me vuela y me cuesta seguir el hilo de los libros. Últimamente he leído más libros acordes a mis intereses y otros no tanto. Noté que leer es una práctica interesante y enriquecedora que me gustaría adquirir como habito. Lo que me gusta de la lectura es el poder abstraerse del alrededor y meterte en una nueva historia como propia. También es cierto que no soy una persona que vaya a comprar libros, las veces que fui no supe por dónde empezar o me compré alguno de haberlo escuchado comentar sin saber su género y si sería de mi agrado, los libros que tengo me los han regalado o estaban en mi casa por lo que son de géneros muy dispares y de distinto grado de dificultad a la hora de la comprensión. Uno de los últimos libros que leí es uno que me regalo una amiga sobre un joven estadounidense que viaja al Himalaya para disfrutar de la nieve y el snowboard y se encuentra con su guía espiritual, un maestro nepalí. Recuerdo estar leyendo es libro frente al mar en la costa uruguaya deseando toparme con mi maestro espiritual para que me instruya en temas como el karma, la meditación y la iluminación. Después leí a Antonin Artaud, poeta francés, que no comprendí mucho.

Presentación

Mi nombre es Hernán, estoy cursando el primer año de la carrera Ciencias de la Comunicación Social. Como toda incursión nueva uno va descubriendo de a poco de que se tratan las materias y hacia donde te lleva la carrera. En ese devenir del descubrimiento que se va dando también uno se descubre a sí mismo: con sus gustos, inquietudes, aptitudes y debilidades. Por ello cada estudiante se va forjando no solo académicamente sino también personalmente en el transcurso de la vida universitaria.
La materia de Taller de expresión es un ejemplo. Aunque al anotarme en la materia no sabía bien de que se trataba, ahora que tengo una idea y el primer pantallazo me gustaría aprovechar su enfoque y desarrollar, o tratar de hacerlo, mi costado escritor. En ella quisiera descubrir y conocer más acerca de mis gustos e intereses, mis habilidades y flaquezas a la hora de leer y escribir. Mi deseo es aventurarme en el viaje de la lectura y la escritura; con gusto de que este sea la guía y la temática a tratar ya que soy un gran amante del viaje y sus implicancias (lugares, culturas, personas, etc.), y la metáfora se amolda perfecta a lo que es la materia; explorando nuevos horizontes, nuevos caminos, nuevos rumbos. Quisiera ver que me deparan esos lugares y las formas de llegar para concluir en que disfruté el viaje y llegué a buen puerto.